lunes, 2 de abril de 2018

Un análisis, una realidad.

La convivencia en el siglo XX exigió evolucionar de los modelos disciplinares a los modelos mediarores, y en cierta medida así se fue llevando a cabo, doy fe de ello; la convivencia en el siglo XXI nos pide el olvido de los modelos disciplinares y la evolución de los modelos mediadores a los modelos dialógicos.

Estos procesos se sabe cuando comienzan, nunca se sabe cuando finalizan, y eso si se llegan a finalizar antes de la llegada de un nuevo modelo.




La vida es evolución, y ésta solamente se puede evidenciar desde la perspectiva histórica (y es que vivimos tan poco),  por eso nos da la impresión de ver tareas inacabadas cuando la verdad que vivenciamos un proceso continuo e inacabado.

¿Se imaginan un ser humano totalmente perfeccionado?, no, claro, esto supondría el fin, y la vida no tiene fin, por definición.

Un cordial saludo.

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